Conjunto de oficinas y habitación en comuna de Providencia - Santiago, 1974
MÓDULO URBANO FUTURA
Por Alberto Montealegre Klenner
El anteproyecto fue desarrollado en una época de crisis económica. Se interesó a varios vecinos y prácticamente se tuvo disponible
la manzana completa (Suecia-Coyancura-Lota). Se pensaba que había una posibilidad de financiamiento a través de las Asociaciones de
Ahorro y Préstamo, entidades que en ese entonces comenzaban su declinación. Hubo un período de espera y algunos vecinos se marginaron
y vendieron directamente. Con esto el proyecto, aparte de participar en un par de exposiciones públicas, fue a parar al cajón de los recuerdos.
El proyecto presenta una torre de oficinas y edificios de departamentos que ondulan y avanzan en un sistema de crecimiento,
constituyendo la torre el núcleo de la composición. Lejos de la finitio del clasicismo, se presenta al complejo como en una instantánea;
podría disminuir o seguir creciendo. Es el concepto metabólico de la arquitectura. De aquí nace el nombre con que lo bautizamos: “Módulo Urbano Futura”.
La propuesta se basa principalmente en el desarrollo de un concepto sobre la naturaleza estructural del hormigón y del acero que
puede sintetizarse en que el hormigón tiene su mayor eficiencia trabajando a la compresión, mientras que el acero tiene en la tracción
y flexión su optimización. El tema lo veníamos trabajando desde un concurso que presentamos para un edificio de servicios públicos
en Valparaíso (ver
post en nuestro Blog Utopías-MBA) y se ha mantenido como un tema recurrente en nuestros proyectos apareciendo claramente en la
Fabrica de Combustible para Reactores de Experimentación y en concursos.
Es el concepto de pisos colgados, que hace que se construyan primero las grandes columnas, se coronen con vigas superiores y
luego de ellas se cuelguen los pisos en orden descendente (el edificio se completa de arriba hacia abajo). En nuestro anteproyecto
las interrupciones producían plazas abiertas intermedias o pisos técnicos. Las grandes columnas de hormigón, que contenían
los servicios y circulaciones verticales, se conectaban en el edificio de oficinas a través de grandes vigas vierendel de acero,
o vigas de celosía del mismo material en los edificios de departamentos. De ellas colgaban los tensores y vigas de acero que
recibían los pisos estructurados como losas colaborantes. Las columnas de hormigón se fundaban como pilares en consola, en
grandes cajas huecas rellenas de bolones y áridos que les daban peso, permitiéndoles tomar los esfuerzos sísmicos. El primer
nivel quedaba despejado como espacio público.
En la época habían aparecido ejemplos de estructuras colgadas en las publicaciones de arquitectura, edificios con un núcleo
central de hormigón armado construido con moldaje deslizante y una estructura superior armada sobre él, de la que colgaban
los pisos. En la oficina de Emilio Duhart, donde trabajé, desarrollamos un anteproyecto para IBM con este concepto; un núcleo
central rodeado por un perímetro de oficinas. Se presentaba un problema: la dilatación del núcleo de hormigón, protegido por
la planta libre que lo rodeaba, se dilataría y contraería en forma diferente a los tensores del perímetro. No se calculó
exactamente la deformación y nunca supe si habría alcanzado para hacer rodar un lápiz sobre los escritorios. En cambio,
el planteamiento simétrico de dos columnas entre las que deslizaban los pisos, en el proyecto Futura, se hacía cargo
del problema y era una evolución del tema.